Desde el día en comienza nuestra andadura profesional, los abogados venimos empleando, con menor o mayor eficacia, el proceso de asignación de asuntos. Con el transcurso de los años de práctica profesional, cuando la organización del despacho adquiere mayor complejidad, dicho proceso alcanza una mayor relevancia y trascendencia, convirtiéndose en una decisión estratégica fundamental para el crecimiento de la firma.

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