Tras el detenido estudio del asunto, la preparación del informe constituye un ejercicio de reflexión estratégica, ya que cuando encaramos esta fase debemos sopesar todo el material estudiado con el fin de plantear la estrategia más acorde con nuestras pretensiones. Ya sabemos cuáles son los hechos; incluso disponemos de una idea aproximada de cómo se va a desarrollar la prueba; también sabemos las normas jurídicas, doctrina y jurisprudencia aplicables al caso. Ahora, por tanto, toca reflexionar y hacernos las siguientes preguntas: ¿cuál es mi propósito? ¿qué voy a decir? ¿en qué orden lo voy a hacer? ¿cómo lo haré?

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