Cuando el cliente o el potencial cliente se aproxima el despacho y nos hace una consulta, ésta puede tener tres finalidades:

  • Consulta de un nuevo cliente para que se le resuelva una duda legal durante la misma.
  • Consulta de un nuevo cliente sobre una acción legal que va a adoptar, para lo que requiere un abogado y desea conocernos para explicarnos el asunto y evaluar si podría encomendarnos el mismo.
  • Visita de un cliente habitual en la que éste plantea una duda legal o consulta sobre una acción que quiere entablar.

De las tres modalidades, entiendo que la primera y la última no deben generar problema alguno, puesto que en ambos casos las condiciones de la visita o consulta están más que aclaradas desde el principio. En el primer caso debido a que el cliente sabrá los honorarios de la consulta y, en el tercero, el conocimiento y experiencia del cliente facilitará la superación de cualquier cuestión relativa a los honorarios (ya sabe como trabajamos).

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