No es un gran descubrimiento afirmar que para el ejercicio eficaz de nuestra profesión hace falta actuar con la máxima concentración en la tarea en la que estemos involucrados. Sin embargo, muchas veces pasamos por alto esta necesidad, y aun a sabiendas, actuamos siguiendo pautas opuestas a dicho principio (desmotivación, distracciones, etc…). Por ello, entiendo fundamental conocer la teoría que hay tras la práctica de estas conductas productivas con el fin de poder aplicarla y avanzar en nuestra autogestión personal y profesional.

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