Recientemente leí una sentencia dictada por una Audiencia Provincial que resolvía sobre un litigio en el que se abordaba la resolución de un contrato defectuosamente cumplido,  disputa en la que el demandado (el cliente) invocaba en su reconvención la mala praxis del actor (su abogado). Curiosamente, entre las múltiples infracciones denunciadas había una que llamó mi atención y que paso a transcribir literalmente:

  • Desde el principio indicó la actora que el asunto estaba ganado, creando una falsa impresión a la demandada acerca de este hecho.

Lejos de entrar en el análisis de la resolución, hoy me gustaría dedicar este post a la problemática que se suscita cuando se plantea por el cliente, y no por el abogado, la tan dogmática y peligrosa afirmación que da título a este post.

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