La pasada semana la agrupación de abogados GUADALIURIS organizó en Sevilla un evento de confraternización entre sus despachos integrantes del que cabe destacar la magnífica conferencia impartida por el torero y coaching Eduardo Dávila Miura, intervención dirigida al crecimiento personal y profesional. Durante su brillante exposición, Eduardo narró una anécdota que vivió en su época de toreo en activo y que podría resumirse en la pregunta que le hizo el que fue su apoderado al conocerlo: ¿Toreas o eres torero?, a lo que Eduardo respondió identificando el torear con el ser torero. Sin embargo, el apoderado le refirió que una cosa era saber torear y otra muy distinta era ser torero, pues la técnica de torear podía aprenderse, pero para ser torero no bastaba esa habilidad, sino que era imprescindible pasión, entusiasmo, responsabilidad y compromiso…

Partiendo de esta píldora de sabiduría de aquel apoderado, hoy me gustaría apropiarme de esta idea y aplicarla a los abogados, pues estoy convencido de que una cosa es hacer juicios, asesorar jurídicamente y mediar en conflictos y otra muy distinta es ser abogado.

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