El interrogatorio del perito propuesto de adverso constituye uno de los mayores retos a los que se enfrenta el abogado litigante. La razón es obvia, pues el perito, cuya función es aplicar a los hechos discutidos sus conocimientos específicos para proporcionar al juez determinadas conclusiones (que sin duda alguna se apartan completamente de las que mantiene nuestra parte), goza de una titulación especial o preparación específica de la que los abogados carecemos, y que constituirá un serio hándicap para la práctica del interrogatorio.

Por lo tanto, lo que hace sumamente arriesgado el interrogatorio del perito es que con su ciencia contribuye a respaldar la versión de la parte contraria y, por otro lado, la asimetría de conocimientos técnicos entre abogado y perito, dificultarán el interrogatorio, en el que, lógicamente, el perito defenderá su hipótesis de trabajo reflejada en su dictamen.

A la vista de estos factores, el abogado deberá adoptar una serie de pasos necesarios para tomar la decisión, nada irrelevante, de proceder a la realización del interrogatorio.

En primer lugar, tras un profundo examen del dictamen, habrá que decidir si sus conclusiones afectan de forma importante a la línea de flotación de nuestra defensa. Si es así, habremos de consultar con otro perito (generalmente el que hemos propuesto) para examinar las posibles inconsistencias, contradicciones, etc. del dictamen. De poder ser estas abordadas a través del interrogatorio y conseguir el objetivo de desacreditarlo (el dictamen), tendremos que elaborar, debidamente asesorados por nuestro perito, el correspondiente interrogatorio.

Y aquí es fundamental no solo obtener el criterio de nuestro perito, sino que tendremos que entenderlo y comprenderlo, pues una de las claves de salir airoso de este tipo de interrogatorio es conseguir que durante el interrogatorio el perito adverso perciba que dominamos la materia sobre la que interrogamos y que estamos capacitados para poner en tela de juicio sus conclusiones. De hecho, una técnica conocida de los peritos, es incrementar el tecnicismo de sus respuestas para así dificultar la fluidez del interrogatorio, por lo que saber centrarse en los aspectos técnicos claves es esencial.

En segundo lugar, es de suma importancia conocer las circunstancias personales y profesionales del perito. A través de las primeras trataremos de encontrar posibles elementos que puedan cuestionar su imparcialidad y, con ello su parcialidad; con ello nos referimos a posibles relaciones de amistad, dependencia, etc. que hagan cuestionar su declaración. En cuanto a las profesionales, es importante conocer su titulación, especialidad y experiencia en la materia, pues ello nos ayudará a conocer su competencia para el objeto de la pericia.

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