En algunos cursos y seminarios sobre temas relacionados con los honorarios profesionales he observado que algunos abogados ponen en duda la eficacia de la denominada hoja de encargo, escepticismo que trae su causa fundamentalmente en un cierto temor a la pérdida del cliente como consecuencia de que éste se lo piense dos veces una vez que constate el precio de nuestros servicios. En estos casos, se demora la presentación de la hoja de encargo con los honorarios a una fase posterior a la realización del trabajo.

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