Recientemente he tenido la ocasión (y la suerte) de poder impartir dos seminarios sobre los honorarios profesionales de los abogados desde una visión práctica. El tema, aparentemente árido, ha tenido muy buena acogida, y fruto de la interacción con los asistentes (abogados jóvenes y veteranos por igual), he podido extraer una serie de conclusiones que me gustaría dar a conocer a través del presente post con el fin, no solo de su difusión informativa, sino igualmente para llamar a la reflexión a los compañeros sobre la notoria importancia que está adquiriendo esta materia debido a la actual competencia reinante en el sector unida a la mayor formación y exigencia de los clientes.

Vaya por delante que son conclusiones fruto de mi percepción personal y no de estudio o análisis estadístico alguno. Igualmente, las mismas están condicionadas por el temario impartido. No obstante, considero que las conclusiones nos dan una idea muy aproximada de la opinión existente sobre las materias tratadas.

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