Habitualmente, los abogados asociamos el empleo de las técnicas de comunicación con nuestra intervención en la sala de un juzgado o audiencia, es decir, con fines oratorios forenses. Sin embargo, no hemos de olvidar que gran parte de nuestro trabajo se realiza en presencia de terceros a los que nos dirigimos con fines que pueden ser no solo persuasivos, sino de información, confrontación, colaboración e incluso neutros.

Continuar leyendo en LegalToday.com