Mi cliente C, un amigo, abogado mercantilista, que administraba y participaba una sociedad que denominaremos S, se presentó en el despacho con una demanda de desahucio por precario dirigida contra dicha sociedad en relación con una extensa finca rústica que ésta venía explotando en la sierra. Como consecuencia de diversos pactos verbales con la propiedad, la sociedad S explotaba la finca a título de administración desde hacía veinte años y ahora se veía demandada por precario.

Continuar leyendo en legaltoday.com