Indudablemente, y aunque resulte paradójico, son momentos de trabajar en equipo; tal y como suena: son momentos de trabajar en equipo. Y lo he repetido porque podría pensarse que dicha afirmación es un desatino, ya que confinados en nuestros hogares y alejados de la presencia física de nuestros compañeros de trabajo y colegas profesionales, ¿cómo es posible que ahora toque trabajar en equipo?…

Pues sí, es una simple cuestión de supervivencia.

Ahora más que nunca hemos de mantener un contacto permanente para coordinar nuestras acciones, establecer estrategias, formarnos, evaluar el cambio, tomar medidas, ponerlas en práctica y un largo etcétera de acciones que requieren el parecer, la opinión o el criterio del colectivo con el que solemos trabajar, y al que la distancia curiosamente nos ha acercado aún más. Incluso aquellos compañeros que trabajan de forma independiente (despachos unipersonales) están incrementando los contactos, no sólo con sus clientes, sino con otros compañeros, pues en tiempos de tanta incertidumbre, es vital relacionarse para ayudarnos y auxiliarnos en la búsqueda de soluciones y creación de nuevos proyectos de cara al futuro.

Afortunadamente, dicha necesidad se fortalece al amparo de las numerosas herramientas tecnológicas que tenemos a nuestro alcance y que nos ayudan enormemente desde una perspectiva virtual, verdadero descubrimiento que, dicho sea de paso, está suponiendo un espaldarazo definitivo a dicha forma de comunicación que estoy seguro va a cambiar la forma en lo que los abogados nos relacionamos con terceros.

Con estos mimbres, me gustaría dedicar este post al trabajo en equipo, esa habilidad, capacidad o incluso valor de tanta importancia para los abogados, pues en la medida que lo conozcamos más a fondo más fácil nos será perseverar en las diversas oportunidades que encontremos para beneficiarnos de sus innumerables ventajas en tiempos de incertidumbre.

Podemos definir el trabajo en equipo como la ejecución coordinada de un proyecto que lleva a cabo un conjunto de personas dentro de una organización (equipo) con el fin de alcanzar un determinado objetivo.

Entre las características del trabajo en equipo podemos destacar los siguientes:

1ª.- Complementariedad: Esta se produce cuando habilidades únicas se combinan y emplean de forma efectiva, ya que las personas que integran un equipo disponen de diferentes habilidades tanto personales como profesionales, lo que nos permite aprovechar lo mejor de cada uno para el desarrollo del proyecto.

2º.- Coordinación: El equipo de trabajo es todo lo contrario a una suma de aportaciones individuales sin criterio ni control. Un equipo tiene que estar coordinado y organizado  para la obtención del objetivo común.

3º.- Creatividad: Partiendo de lo expuesto anteriormente, un mayor número de habilidades hace que el equipo sea más creativo, puesto que generará ideas y planteamientos novedosos, lo que influirá en la obtención de nuevas perspectivas de trabajo y, con ello, de mejores resultados.

4º.- Motivación: El trabajar en común para lograr un concreto objetivo genera un entusiasmo y energía que influye directamente en la satisfacción del equipo y en su motivación para alcanzar el éxito.

5º.- Eficiencia y mayor capacidad de respuesta: El trabajo en equipo facilita la conclusión de los encargos en un menor espacio de tiempo, ya que la posibilidad de coordinar las actividades que integran el proyecto dividiendo las tareas, permitirá una rapidez de respuesta que difícilmente encontremos en el supuesto de trabajar aisladamente.

6º.- Confianza: Los equipos facilitan las relaciones y contribuyen a crear la unidad del grupo. Una vez superadas las primeras diferencias, y alcanzada la necesaria coordinación, los equipos suelen generar un alto grado de camaradería debido a que todos confían en el buen hacer de sus compañeros, y buscarán lo mejor de sí mismos para la consecución de los objetivos del grupo. Si el equipo está bien coordinado, nacerán buenas relaciones, lo que a su vez desarrollará un alto sentido de responsabilidad de sus miembros.

Estas características apuntan a que un abogado que sepa trabajar en equipo es consciente de la necesidad de aunar esfuerzos para alcanzar los objetivos de nuestra profesión; es cooperativo, social, creativo, empático y se motiva fácilmente, y ello no podía ser de otra manera, ya que entre los beneficios de trabajar en equipo podríamos destacar los siguientes:

1º.- La resolución de los asuntos asunto encuentran su aval en la puesta en activo de diversos planteamientos y una perspectiva más amplia (creatividad).

2º.- La calidad y calado del servicio prestado es mayor, pues el resultado trae su causa en la solvencia de los conocimientos jurídicos de los distintos especialistas (complementariedad).

3º.- El cliente se sentirá mejor atendido ante un grupo de trabajo que se dedique especialmente a su asunto (atención al cliente).

4º.- Los abogados del equipo disfrutarán de un intercambio de experiencias y conocimientos que incrementará sus habilidades (conocimientos).

5º.- Será un auténtico catalizador del buen ambiente en el despacho (confianza).

Por lo tanto, el trabajo en equipo es el camino que deben seguir todos los despachos, sea cual sea el tamaño, si queremos beneficiarnos de las ventajas que este sistema nos ofrece tanto desde una perspectiva personal como profesional.

Y para concluir, me gustaría dejaros esta fábula que circula por las redes sociales:

“Durante la Edad de Hielo, muchos animales murieron a causa del frío.

Los erizos dándose cuenta de la situación, decidieron unirse en grupos y trabajar en equipo. De esa manera se  abrigarían y protegerían entre sí, pero las espinas de cada uno herían a los compañeros más cercanos, los que justo ofrecían más calor. Por lo tanto decidieron alejarse unos de otros, dejando de lado el trabajar en equipo y empezaron a morir congelados.

Así que tuvieron que hacer una elección, o aceptaban las espinas de sus compañeros o  desaparecían de la Tierra. Con sabiduría, decidieron volver a estar juntos buscando trabajar en equipo. De esa forma aprendieron a convivir con las pequeñas heridas que la relación con una persona muy cercana puede ocasionar, ya que lo más importante es el calor del otro. De esa forma pudieron sobrevivir.”