Me gustaría contaros algo que me ocurrió la pasada semana y que guarda una estrecha relación con uno de los aspectos que siempre he destacado por su importancia para fomentar la confianza y alcanzar la fidelización del cliente: la accesibilidad del abogado.
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4 comments
Comparto en parte tus apreciaciones sobre la accesibilidad, pero no del todo. Creo que tampoco al cliente se le debe acostumbrar a una disponibilidad inmediata y a cualquier hora.
Los abogados que nos dedicamos al ejercicio libre de la profesión no tenemos horarios fijos. El cliente tiene que comprender que en ocasiones no es posible una atención inmediata. Siempre que se le justifique el motivo por el cual no puede ser atendido, si prefiere dirigirse a otro despacho es que la confianza que tiene con su abogado es escasa. Dudo de que en esto casos deban hacerse muchos esfuerzos para atenderle de forma inmediata.
Por supuesto que se trata de una simple opinión cuyo único fundamento es la experiencia que he tenido cuando he tratado de adaptarme a la exigencias o urgencias de algún cliente, que en muchas ocasiones ha resultado bastante desagradecido.
Insisto, se trata de una apreciación personal.
Enhorabuena por tus posts, soy un asiduo lector de los mismos.
Saludos.
Muchas gracias Juan, totalmente de acuerdo con tu comentario. En el caso analizado, la cliente bien pudo llamar e insistir, pero yo sabía que era de una madera especial y, ahí está el fallo, no reacciones a tiempo teniendo en cuenta el conocimiento que tenía del cliente. No obstante, pasado el enfado, y aprendida la lección, creo que efectivamente la confianza del cliente fue escasa. Gracias de nuevo.
Efectivamente, la accesibilidad del abogado, en lo posible, cuando el cliente le necesita es fundamental en su trabajo. Gracias, por tanto, Óscar, por haber tenido la humildad de compartir con los seguidores de tu blog esto que te sucedió; ojalá, así, al menos escarmentemos todos en cabeza ajena, en lugar de esperar a hacerlo en cabeza propia…
Muchas gracias Mariana!!