Los beneficios de la filosofía estoica para el abogado: un camino hacia la serenidad y la eficacia profesional
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El abogado que se enfrenta a los constantes desafíos de su trabajo puede encontrar en la filosofía estoica[1] una guía valiosa para navegar en este mundo tan complejo y a veces hostil. Así es, en nuestra profesión, lidiamos con normas rígidas y con un entorno que nos exige precisión, dejando poco margen para la improvisación. Además, trabajamos en un ambiente de tensión constante, rodeados de conflictos y emociones negativas. Las pocas alegrías que experimentamos, en forma de sentencias favorables o reconocimiento, son efímeras. Y si añadimos a esto la soledad inherente a muchas de nuestras tareas —la preparación de escritos, la revisión de información—, nos encontramos ante un escenario que puede desgastar emocionalmente, y mucho.
Expuesto lo anterior, veamos qué beneficios puede aportarnos el estoicismo a los abogados:
Gestionar el estrés al enfocar solo lo que controlamos
Una de las fuentes más grandes de estrés en nuestra profesión es esa necesidad constante de controlar todos los aspectos del proceso: desde la recolección de pruebas hasta la defensa en sala. Sin embargo, como abogados, pronto descubrimos que el resultado no siempre depende de nuestro esfuerzo; jueces, clientes, adversarios… todos tienen su papel y, a menudo, pueden influir en el desenlace de una manera que escapa a nuestro control.
Aquí es donde la enseñanza estoica puede ayudarnos, pues no podemos controlar cómo se comporta la contraparte o cómo resuelve un juez, pero sí podemos controlar nuestra respuesta a esos factores. Así que, en lugar de obsesionarnos con lo que no está bajo nuestro control, podemos centrar nuestras energías en lo que sí lo está: la preparación meticulosa, la ética en nuestra actuación y la forma en que afrontamos los retos. Si logramos cambiar nuestro enfoque hacia estos aspectos, no solo reduciremos la carga emocional, sino que también nos volvemos más eficaces.
Poner el foco en la virtud
En nuestra profesión, estamos sometidos a un juicio constante, tanto por parte de nuestros clientes como por nuestros colegas y la propia sociedad. A veces, la presión por ganar o por satisfacer las demandas de un cliente puede empujarnos a actuar en formas que no son coherentes con nuestros principios.
Los estoicos nos recuerdan que lo más importante no es el resultado final, sino cómo actuamos en el camino. La justicia y la virtud deben guiar nuestras decisiones, incluso cuando parezca más fácil o tentador tomar atajos. Mantenernos firmes en nuestros principios, que deben coincidir con los deontológicos de la profesión, resistir la tentación de utilizar tácticas poco éticas o manipular el sistema para conseguir victorias a corto plazo, es lo que finalmente nos dará tranquilidad. Porque, como decía Marco Aurelio, “el carácter es el destino”. Y en la abogacía, nuestra reputación y nuestra integridad son nuestros mayores activos.
Abrazar la incertidumbre
El derecho es un mundo lleno de incertidumbre. A pesar de nuestros mejores esfuerzos, como ya hemos adelantado, el resultado no depende de nosotros. Esta realidad, que puede ser frustrante y agotadora, es algo que los estoicos no solo aceptan, sino que abrazan.
El principio del "amor fati" nos enseña a aceptar los acontecimientos tal como vienen, entendiendo que no todo está bajo nuestro control. Esto no significa resignarnos, sino comprender que no debemos permitir que los resultados externos, sobre los que no tenemos poder absoluto, nos perturben emocionalmente. Un abogado estoico se adapta y sigue adelante, analizando lo que puede mejorar para la próxima vez sin quedar atrapado en la frustración.
Resiliencia frente a la adversidad
Los abogados nos enfrentamos a constantes obstáculos: casos que se prolongan, decisiones judiciales que no entendemos, clientes difíciles y la siempre presente sensación de estar luchando contra el tiempo. Ante estas situaciones, la mentalidad estoica nos invita a ver la adversidad como una oportunidad de aprendizaje y crecimiento personal. Cada revés en un caso es una lección para afinar nuestras habilidades y templar nuestro carácter.
Como bien decía Epicteto, “no son los eventos los que nos hacen sufrir, sino cómo los interpretamos”. Si adoptamos una actitud de resiliencia, aprendemos a ver la derrota no como un fracaso, sino como una oportunidad para mejorar.
Equilibrio entre la vida personal y profesional
En nuestra profesión es fácil caer en la trampa del exceso de trabajo, descuidando todo lo demás. Pero el estoicismo también nos enseña a ser conscientes de nuestra mortalidad, lo que los filósofos llamaban "memento mori". Este recordatorio de que la vida es finita nos lleva a reconsiderar nuestras prioridades y a buscar un equilibrio entre el trabajo y lo que realmente importa.
No se trata solo de ganar casos o conseguir reconocimiento, sino de llevar una vida plena, que incluya tiempo para nosotros mismos, nuestras familias y amigos. Si recordamos que nuestro tiempo es limitado, quizás seamos más conscientes de cómo lo invertimos.
Empatía y humanidad
Finalmente, el estoicismo nos recuerda que, aunque el derecho puede ser una profesión técnica y fría en muchos aspectos, nunca debemos perder de vista nuestra humanidad y la de quienes nos rodean. Mostrar empatía con nuestros clientes y colegas, actuar con compasión y recordar que nuestras acciones tienen un impacto más allá del resultado inmediato, puede transformar nuestra práctica.
Este enfoque del estoicismo nos proporciona una base sólida para enfrentar los desafíos con serenidad y sabiduría, mejorando no solo nuestra práctica profesional, sino también nuestra calidad de vida.
[1] El estoicismo es una corriente filosófica que surgió en la antigua Grecia alrededor del siglo III a.C., fundada por Zenón de Citio. Su nombre proviene de la "Stoa Poikile" (pórtico pintado), donde Zenón enseñaba en Atenas. Esta filosofía se centra en la idea de que la clave para llevar una vida plena y virtuosa radica en aceptar la naturaleza de los eventos, distinguiendo entre lo que podemos controlar (nuestras acciones y pensamientos) y lo que no (el destino, las acciones de otros). Los estoicos enseñan que la verdadera felicidad proviene de la virtud, la sabiduría y la serenidad, al mantener el equilibrio emocional frente a cualquier adversidad o fortuna.
20 comments
muchísimas gracias Óscar por este artículo. No puedo estar más de acuerdo. La filosofía y los principios filosóficos son los que nos permiten no perder de vista nuestra función como abogados. pese a que sea nuestra vocación pasamos por muchos momentos de soledad, de incomprensión y de estrés, solo la filosofía y en su caso la meditación, nos puede ayudar a no perder el foco y no confundir el abogado con la persona, el ego con el alma, el trabajo con nuestra vocación de servicio. Mil gracias como siempre por ponerle alma y voz a esta profesión.
Muchas gracias Ana, los principios, son claves como bien dices para no perder el foco.
Muchas gracias Ana, coincido al 100 por 100 con tu comentario. Un abrazo.
Muchas gracias Oscar por esa visión estoica de nuestra profesión.
Muchas gracias a ti. Hay multitud de trabajos sobre Séneca, Epicteto y Marco Aurelio que te pueden ayudar a crecer como persona y como profesional.
He leído algunas cosas sobre el estoicismo, pero parece que está muy dispersa su doctrina. Recomiendo «EL ARTE DE VIVIR COMO UN ESTOICO. DESAYUNAR CON SÉNECA PARA ALCANZAR UNA VIDA BUENA», de David Fideler.
Gracias Rafael, lo tengo y estoy precisamente ahora releyéndolo.
Muchas gracias Rafael. De hecho, tengo ese libro y me parece uno de los más serios sobre este tema.
gracias Óscar por compartir tu saber
Muchas gracias a ti Cristina por estar ahí.
Interesante esa doctrina. he leído muy poco, pero si sus fundamentos son los indicados por el articulista: quiero ser Estoico.
Hola Jose, es una opción en la que puedes profundizar.Hay multitud de trabajos sobre Séneca, Epicteto y Marco Aurelio que te pueden ayudar a crecer como persona y como profesional.
1 millón de gracias por la publicación. Yo hice derecho ,pero no ejerzo..Estas lecciones estoicas sirven para los abogados, para las demás profesiones y para el crecimiento personal y la vida en general. Centrarnos en lo que podemos controlar y aceptar lo que no ,nos ayuda a vivir en Paz con nosotros mismos. 1 millón de gracias por hacernos llegar la publicación, con estas lecciones estoicas, tan sabías y tan sanadoras para el cuerpo y el alma.1 millón de gracias de nuevo ..
1 millón de gracias por la publicación. Yo hice derecho pero no ejerzo. Estas lecciones estoicas sirven para los abogados ,para todas las profesiones ,para el crecimiento personal y para la vida en general. Centrarnos en lo q podemos controlar y aceptar lo que no ,nos ayuda a vivir en Paz con nosotros mismos. 1 millón de gracias por hacernos llegar estas sabías y sanadoras lecciones estoicas ,para el cuerpo y para el alma. 1 millón de gracias de nuevo ..
Muchas gracias a a ti. Creo que si te gusta esta idea, debes de profundizar en el estoicismo. Hay multitud de trabajos sobre Séneca, Epicteto y Marco Aurelio que te pueden ayudar a crecer como persona y como profesional.
Me parece muy descriptiva las referencias que haces acerca de la vida profesional y particular de la abogacía.
Es muy buena la reflexión que haces sobre la aplicación de el estoicismo en el ejercicio de dicha profesión y por ende en todo contexto de la vida.
Un abrazo, amigo.
Muchas gracias Manuel. Creo firmemente que el estoicismo, debidamente adaptado a nuestros tiempos, puedes ser una herramienta extraordinaria para los abogados.
Muchas gracias por sus aportes, han sido muy valiosos para el ejercicio de mi profesión. Reciba un cordial saludo desde Fray Bentos. Uruguay
Muchas gracias a ti Silvia. Seguiremos en ello en la medida de lo posible :).