El título de este post no es más que la famosa frase de Emerson “Todo hombre que conozco es superior a mí en algún sentido. En ese sentido, aprendo de él”, frase a la que hemos cambiado la palabra “hombre” por “abogado”, pues de esta forma nos servirá plenamente a los fines de este post.

Y como ya podéis aventurar, hoy, precisamente al comienzo del nuevo año nos gustaría destacar una de las virtudes que inexorablemente debe presidir la conducta de todo abogado: la humildad, entendida como conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento.

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