Es frecuente que en los procedimientos judiciales en materia de obligaciones y contratos, las partes identifiquen la causa contractual con los móviles o motivos personales a la hora de contratar. Estas alegaciones revisten suma importancia, dado que en numerosas ocasiones los litigios se plantean a resultas de contratos complejos, con obligaciones y prestaciones propias de distintos tipos contractuales, vinculadas entre sí por su preordenación a la consecución de un fin económico común a la partes, lo que supone que el conocimiento de dichas motivaciones y sus consecuencias jurídicas constituyan elementos de primer orden en la interpretación del contrato.

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