“Por otra parte yo deseo absolutamente que quien se dispone a hablar se levante intranquilo, que sienta rubor y sienta el peligro al que se expone, y si no apareciesen estos signos externos, hasta deberían ser aparentados. Pero que aparezca este sentimiento por la conciencia de la tarea, no por el miedo. El mejor medio de eliminar esta vergüenza es la confianza en uno mismo” Quintiliano

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