La preparación del juicio constituye una de las actividades del abogado en la que existe escasa o nula uniformidad en cuanto a los criterios a seguir. Ello es debido a la ausencia de reglas o normas sobre esta materia, probablemente como consecuencia de la autonomía e independencia de que goza cada profesional para llevar a cabo dicha preparación.
Normalmente, el aprendizaje de esta materia se alcanza bien mediantelos consejos que el abogado veterano da al joven abogado durante su periodo de formación, bien por propia experiencia a la hora de enfrentarse a los diversos casos que jalonan la actividad procesal de todo abogado, siendo el denominador común de ambas situaciones la generalidad de los consejos recibidos e, insisto, la autonomía de cada abogado para establecer las reglas con las que finalmente se sienta más confortable.
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