En este post recogemos diversas máximas forenses que se han venido elaborando gracias a la práctica profesional de los abogados en el foro, y que sintetizan de forma muy sencilla los conocimientos prácticos indispensables para el interrogatorio del perito. De esta forma, a través de las mismas refrescaremos, de forma sintetizada, ideas que seguramente ya disponemos, pero que a través de su concreción y naturaleza práctica podremos interiorizarlas mejor.
Espero, por tanto, que estos consejos nos ayuden a reflexionar, aunque sea por un instante, sobre los múltiples factores que pueden influir en un buen o mal interrogatorio y, en última instancia, en la importancia para el abogado litigante de no olvidar que, como toda técnica, interrogar requiere la aplicación inexcusable de una serie de reglas.
Una última advertencia: encontraremos máximas aplicables tanto para el interrogatorio directo como para el contrainterrogatorio y, en ocasiones, para ambas modalidades.
1ª.- La importancia de la preparación.
Interrogar supone un verdadero ejercicio estratégico que requiere, como pilar esencial, el conocimiento pormenorizado del asunto y de la argumentación jurídica que defendemos, puesto que sin el dominio de la materia de hecho y de derecho en la que vamos a intervenir, es imposible alcanzar los objetivos que nos planteemos.
2º.- Sé ambicioso en la selección de tu perito.
Cuando un perito interviene en juicio, la decisión final del mismo estará probablemente influida por el resultado de su intervención. Por ello, es esencial que a la hora de seleccionar al perito, adoptemos una serie de criterios objetivos que, unidos a nuestra intuición, nos permitan disponer de un profesional competente e idóneo para la práctica de dicha prueba.
3º.- Tu perito como fuente de conocimientos.
Dada la asimetría de conocimientos técnicos que concurren en el contrainterrogatorio del perito, será esencial que el abogado se sirva de los conocimientos de un experto (bien el perito que hemos propuesto como de otro experto) a fin de detectar los puntos débiles del dictamen adverso y las opciones de preguntas a realizar, caso de adoptarse dicha decisión con ayuda técnica.
4º.- Adapta el interrogatorio al perito.
Una de las reglas esenciales del buen interrogatorio parte de la necesidad de disponer de un buen conocimiento del sujeto a interrogar y de la impresión o efecto psicológico que su testimonio haya causado o vaya a causar en los jueces.
Ello nos lleva a que en función de la categoría en la que ubiquemos al perito, el abogado, al planificar y llevar a cabo su intervención, decidirá si emplear una u otra estrategia adaptada, no sólo a las características del mismo, sino igualmente al efecto que éste vaya a causar en los jueces, pues este efecto también va a condicionar aspectos del interrogatorio. A dicha conclusión llegamos dado que el perito no solo aporta su opinión profesional, sino que éste va acompañado de factores vinculados a su credibilidad tales como la forma de presentarse, de comunicarse y de transmitir su experiencia, lo cual influirá notoriamente en el juez que es, en definitiva, quien debe ser persuadido a través de las preguntas y respuestas.
5º.- Nunca subestimes al perito.
Si ya es un error grave subestimar a un testigo, hacerlo con un perito es un error gravísimo. Por ello, nunca subestimes al perito, pues no hay grado de comparación entre tus conocimientos y los suyos. Se humilde, y sólo a través de la humildad podrán conseguirse resultados positivos.
6º.- Cubrir siempre todos los puntos del caso.
En todo contrainterrogatorio siempre hay un número de temas claves que hemos de considerar a la hora de interrogar al perito (temas que habremos analizado previamente con nuestro experto). Por consiguiente, durante el contrainterrogatorio es fundamental, a medida que avanza el mismo, ir examinando dichos temas de modo que no queden sin la respuesta apropiada.
7º.- Evita repetir el dictamen.
Cuando interroguemos a nuestro perito, hemos de evitar caer en realizar un repaso completo del dictamen. Esto constituye un grave error que suele concluir con una llamada de atención del juez. Por ello, es muy importante plantear el interrogatorio a través de la petición de aclaraciones y concreciones sobre aspectos claves del dictamen.
8º.- Mantén siempre la calma.
Un buen interrogador no puede perder la calma. Tiene que ser paciente, y saber que no hay mayor enemigo de un buen interrogatorio que la pérdida de autocontrol del interrogador. Mantenerse firme, frente a los embates de un perito hostil, es uno de los requisitos imprescindibles para que la perseverancia nos ayude a conseguir nuestro objetivo. La sangre fría será esencial al embarcarse en el interrogatorio del perito.
Entrar en confrontación con el perito va a suponer la pérdida de concentración del abogado y la pérdida de credibilidad ante el propio juez, sin olvidar que el perito, más avezado en conocimientos técnicos podrá sacarlos a relucir durante la discusión.
9º.- Las preguntas siempre empleando un tono neutro.
Al preguntar a un perito, el riesgo de que las respuestas puedan causar daño a quien interroga es mayor que en el caso de los testigos. Por ello, siempre que preguntemos hemos de emplear un tono neutro, lo que evitará que, en caso de una respuesta devastadora, el efecto o impacto de la respuesta será menor ante el juez o jurado.
10ª.- Emplea un lenguaje verbal que transmita autoridad.
A la hora de interrogar al perito adverso hemos de transmitir a través de nuestro lenguaje verbal y no verbal seguridad y confianza, lo que conlleva obviamente un conocimiento completo, una buena capacidad de litigación y una capacidad de control y liderazgo durante el interrogatorio.
Finalmente, concluyo recomendando la lectura de un par de post ya publicados en este blog, en el que examinamos a fondo la importancia del papel del abogado durante el interrogatorio del perito: Cuando el abogado interroga al perito, piensa como un perito https://oscarleon.es/cuando-abogado-interroga-perito-piensa-perito/