El networking sin duda está de moda. Sin embargo y afortunadamente, a medida que avanza el desarrollo de esta forma de comunicación se evidencia con más fuerza la necesidad del contacto personal con aquellas personas que conocemos a través de la red. Esta idea, que siempre he compartido, la traté hace un par de años en mi blog de legaltoday en el post que a continuación os transcribo con el fin de que mis nuevos amig@s lector@s puedan acceder al mismo, especialmente por su actualidad e interés.

Ahí va…

Los avances tecnológicos de las últimas décadas han situado en primera línea el denominado networking, o creación y desarrollo de una red de contactos (profesionales o personales) que nos permite acceder a personas que no conocemos pero que nos interesan, estableciéndose así relaciones con personas que comparten intereses comunes y potenciales colaboraciones y alianzas. De esta forma, el networking es una verdadera simbiosis, puesto que nos permite construir y mantener una serie de relaciones beneficiosas para ambas partes gracias a los contactos alcanzados.

Los beneficios del networking son evidentes, puesto que una red de contactos bien construida y mantenida (integrada por las personas que ya conocemos) nos ayudará a relacionarnos con aquellas con las que, por distintas razones, estamos interesados en contactar como compañeros profesionales, posibles clientes, emprendedores, directivos de recursos humanos, especialistas en diversas materias, consultores y muchos otros profesionales de cualquier sector.

Sin embargo, y de esto trata nuestro post, el networking profesional no puede sustituir o reemplazar a los procesos de socialización profesionales, entendiéndose por tales los contactos o relaciones profesionales que se producen entre personas que interactúan en un entorno físico, no tecnológico, tal como en un seminario, una presentación, un evento de cualquier tipo o incluso en un encuentro casual que concluyen en una interacción personal (face-to-face) y que coadyuvan al desarrollo del negocio de los profesionales que intervienen.

Efectivamente, tal y como expone en un interesantísimo artículo de Jonah Lehrer publicado en el Wall Street Journal y comentado en su blog por Kevin O´keefe´s, los avances tecnológicos en comunicación del pasado siglo (teléfono, faxes, correos electrónicos, video conferencias) hicieron predecir la obsolescencia de las ciudades y de sus centros de negocios. Sin embargo, ha ocurrido todo lo contrario: los viajes de negocios se han incrementado notablemente al igual que los seminarios, conferencias y otros eventos, alcanzando las ciudades una vitalidad mayor, si cabe.

La razón de esta afirmación es que los seres humanos necesitamos de la interacción social, ya que el contacto personal es el único medio con el que realmente contamos para disponer de toda la información derivada del lenguaje corporal, información que es incapaz de transmitirse fiablemente por internet. Como señala M. Glaeser, millones de años de evolución nos han convertido en máquinas preparadas para aprender de las personas que están próximas a nosotros.

Por lo tanto, concluye Lehrer, el networking, en lugar de constituir un sustituto de los procesos de socialización tradicionales, será un suplemento que amplificará las ventajas de la interacción personal.
Sobre la base de esta hipótesis, O´keefe´s, considera que la red social no sólo es un suplemento y un amplificador de la interacción personal, sino que además funciona como un acelerador de dichas relaciones. Efectivamente, internet le ha permitido extender su red social conociendo a más gente, contrastando mas ideas, pero, cuando se trata de hacer más negocios o de construir relaciones importantes y duraderas, la clave ha estado en los contactos personales. De hecho, afirma O´keefe´s, desde hace ocho años viaja más que nunca. ¿Por qué? Pues porque ha estado en contacto con mucha gente a través de internet que necesita conocer personalmente.

La idea es verdaderamente atrayente, ya que ante la monopolización por internet de los procesos de comunicación, y más concretamente las redes sociales, surge una idea sencilla pero obvia: el networking es necesario e importante, pero éste no puede existir sin el contacto personal o la socialización tradicional, fuente del inicio de las verdaderas relaciones empresariales y profesionales. Mas que una fuente directa de negocios, el networking será un catalizador que ayudará a construir, ampliar y acelerar los procesos de socialización tradicionales.

De este modo, networking y contacto personal, lejos de ser enemigos pasan a ser, como dice la canción, amigos para siempre.

Por tanto, poniendo en práctica lo que indica O´keefe´s, no dejes pasar la oportunidad de invitar a almorzar o a tomar café a la gente que conoces on line y que están cerca de ti; asiste a conferencias o seminarios donde podrás encontrar a aquellos con los que interactúas en internet; finalmente, ¿te has decidido a visitar y a conocer personalmente a esos potenciales clientes con los que has contactado alguna vez en la red?