- El abogado Óscar Fernández León colabora en Sheffield en un juicio por asesinato
- La formalidad del vestuario transmite tranquilidad a los abogados
-¿Qué objetivo tiene su estancia?
Hace tiempo que vengo trabajando en las técnicas de litigación que los abogados podemos emplear en juicio. Entre dichas técnicas destacan el interrogatorio y el contrainterrogatorio, la exposición del informe oral o las habilidades de que debe disponer todo abogado que interviene en sala. Fruto de dicho estudio, he tenido la ocasión de publicar algunos libros y artículos e impartir formación, trabajos en los que han influido notablemente las aportaciones del sistema legal anglosajón. Mi objetivo es ampliar conocimientos observando la intervención de los abogados en estos casos.
-¿La forma de ejercer la abogacía es similar a la española?
Lo más importante es que, a diferencia de España, los abogados ingleses se dividen entre solicitors y barristers. Los primeros son profesionales del derecho que se encargan del trabajo legal de asesoría de clientes, elaborando contratos, participando en transacciones o testamentos. Tienen capacidad de representación de su cliente y pueden comparecer ante el juez pero solo en los tribunales inferiores. Los solicitors suelen trabajar independientemente o asociados en law firms y pueden trabajar para empresas o autoridades.
Los barristers son expertos en determinadas áreas legales y pueden comparecer ante todos los juzgados, y especialmente ante los tribunales de mayor jerarquía. Ejercen como profesionales independientes y se organizan en despachos denominados chambers.
El bufete donde colaboro está ubicado en el centro histórico de la ciudad y a unos 600 metros de los tribunales. Está especializado en todas las materias legales y cuenta con 40 barristers.
-¿Como organiza su estancia?
Gran parte del tiempo lo dedico a asistir al Crown Court, donde estoy como observador acompañando al barrister Dermot Hughes en un juicio por asesinato con jurado que se prolonga ya más de cinco semanas. Observo desde la zona donde se ubican los barristers y asisto a las entrevistas con el cliente en las celdas donde se custodia a los acusados. De este modo, aprovecho para aprender técnicas de litigación y conocer más a fondo el funcionamiento de las instituciones judiciales británicas. El resto del tiempo lo dedico a asistir a otros juicios.
-¿Está aprendiendo algo del funcionamiento de los despachos?
Cuando no hay juicios voy a la chamber, donde examino libros en la biblioteca, aprovecho para conocer desde dentro como funciona un despacho de barristers y las funciones que desarrolla el responsable de su organización o clerck, lo que me posibilitará disponer de una valiosa información sobre aspectos para mejorar la gestión y organización de nuestros despachos.
-¿Algo le ha llamado la atención en la forma de trabajar de los abogados ingleses?
Me ha sorprendido el valor y respeto que tienen a la figura del jurado (aquí todos los casos criminales graves se deciden con jurado) y cómo los barristers dominan el arte de la persuasión en estos juicios. Igualmente, llaman la atención las relaciones entre colegas que participan en el juicio. Durante el descanso para el almuerzo, que suele durar una hora y cuarto, acusación (prosecution) y defensa (defense) almuerzan juntos y comentan amigablemente el desarrollo del juicio. Por otro lado, es curiosa la forma en la que se aproximan a los testigos durante el interrogatorio, de forma cordial y preguntando por cuestiones muy simples, sin bien poco a poco van tratando de alcanzar sus objetivos hasta llegar, en algunos casos, a la destrucción total del testimonio.
-¿Hay muchas diferencias entre el sistema inglés y el español en el juicio?
Me ha llamado la atención como se revisten de formalidad las vistas criminales: La toga del juez, la peluca, los guantes, la ubicación del juez (en una zona muy elevada), la ubicación de los testigos en unos habitáculos denominados witness box, y el saludo al juez cuando llega o se retira y todo el mundo se pone de pie.
Hay dos tipos de informes orales: el inicial y el final, si bien éste último es parecido al nuestro, pero mucho más centrado en el análisis de la evidencia y menos en el Derecho.
-¿La solemnidad del vestuario no es contraria a la tendencia a acercar la justicia al ciudadano?
Al principio, llama mucho la atención la forma en la que los barristers van vestidos. La peluca blanca de pelo de caballo es lo más llamativo. Llevan una especie de corbata con un lazo abierto, diferente a la que solemos llevar en España. Respecto al uso de la toga, los barristers defienden mayoritariamente su uso, aunque es un tema muy debatido entre los operadores jurídicos. Conversando con un abogado, destacaba la tranquilidad que les transmite llevar toga a la hora de defender o acusar (especialmente en temas criminales graves), pues los propios acusados y testigos comprenden mejor su función y la deslindan de lo personal. No hemos de olvidar que los británicos adoran su historia y tradiciones, y el uso de la toga y la peluca es un exponente más de su tradición forense.
– ¿Los tribunales ingleses respetan a los abogados más o menos que en España?
Igual que en España, si bien hay un factor muy importante, que los jueces de los tribunales superiores no son jueces de carrera como en España, sino barristers que han dado un salto profesional, pasando de acusar o defender a juzgar. Estimo que este factor ayuda notablemente al entendimiento entre ambas magistraturas.
Como curiosidad, señalar que en los Magistrates Courts, donde se resuelven los delitos menores, los magistrates son legos, es decir, ciudadanos que han accedido a dicha plaza temporalmente.
– ¿La percepción de la opinión pública inglesa hacia la Justicia es la misma que en España?
En general están satisfechos con su sistema de Justicia, si bien he podido observar una enorme preocupación por la actual reducción de recursos económicos que puede afectar notablemente al funcionamiento de la Justicia.
– ¿Cómo ha gestionado tu trabajo en Sevilla mientras estaba en Sheffield?
Mi estancia aquí es resultado de una planificación muy detallada en la que, meses antes del viaje, ya teníamos delegados los asuntos más importantes entre los compañeros del despacho, a los que agradezco enormemente su ayuda. Por otro lado, al acompañarme mi esposa Silvia (encargada de la administración del despacho), y gracias a internet, he podido estar informado y tomar decisiones de gestión.
También agradezco a mis compañeros de la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados y al decano, Óscar Cisneros, haberme incentivado en esta aventura.
-¿Qué va a aportar esta experiencia a su bufete? ¿Lo van a repetir?
Creo que va a ser muy enriquecedor en cuanto a técnicas de litigación y funcionamiento del despacho. Ampliar horizontes en la forma en la que trabajan otros colegas, sea cual sea el ordenamiento jurídico, siempre es positivo. Este ha sido un buen punto de partida y vamos a repetirlo.
Quizás la mayor lección es que es muy importante salir de tu zona de confort y enfrentarte a retos que, aunque te gustan y atraen, siempre tienen un componente de riesgo que hay que superar. Con esta experiencia me reafirmo en algo que siempre he defendido: que hay que seguir aprendiendo constantemente, pues nunca es tarde.
– ¿Va a usar esta experiencia para alguno de sus muchos libros?
He pensado en narrar mis experiencias siguiendo el hilo conductor del juicio por asesinato, día a día, destacando aquellos aspectos más interesantes. No obstante, y dado que tengo otros proyectos previstos, es un trabajo que me va a llevar mucho tiempo, y quizás finalmente emplearé lo aprendido como complemento a otros libros, artículos o cursos.
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