Vio que se perdía de vez en cuando en el laberinto y, a pesar de ello, no perdía la confianza en que iba a encontrar un queso nuevo ahí afuera, junto con todas las cosas buenas que lo acompañaban. Así consiguió reunir valor”, Spencer Johnson.

Parece que cada año la historia se repite y volvemos a comenzar un nuevo curso condicionados por el cambio y evolución permanente que está viviendo nuestra profesión. Ciertamente, el tema es recurrente, pues es tal la intensidad que sobre la profesión está ejerciendo la tan traída y llevada modernización, que muchos abogados se encuentran perdidos en una especie de laberinto del que difícilmente pueden escapar. Por ello, es tiempo de aportar algunas ideas que puedan ayudarnos a una reflexión, tan difícil como necesaria en estos tiempos.

Ahí van por tanto algunas ideas que representan conductas y actitudes que, en mi opinión, pueden ayudar al abogado a orientarse y a encontrar la salida que, a la postre, le permita desarrollar su actividad en un entorno más seguro.

1º.- Conocer profundamente tanto las circunstancias por las que atraviesa la abogacía como la forma en la que hemos enfocado nuestra actividad:

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