Partiendo de la premisa de que tanto el abogado como el juez están obligados a actuar en los juzgados y tribunales con buena fe, lealtad y respeto, lo cierto es que en ocasiones pueden producirse momentos de tensión entre ambos, escenarios éstos que pueden requerir del abogado el empleo de los procesales a su alcance para la defensa de sus derechos profesionales. Por lo tanto, es de vital importancia que éste los conozca y sepa cuándo y cómo utilizarlos.

Con estos antecedentes, es objeto del presente post examinar los diversos medios remedios legales de los que disponemos los abogados, sin entrar en consideración alguna sobre las causas que dan lugar a estas situaciones.

Expuesto lo anterior, pasamos a examinar los siguientes aspectos:

1º.- Autocontrol como respuesta.

Siempre que se produzca una fase de tensión entre juez y abogado y sea cual sea la situación que la origine, el abogado debe ser ante todo prudente, muy racional y responsable de sus actos,

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