Estamos en la recta final del proceso electoral para la elección a Decano y Junta de Gobierno del Colegio de Abogados de Sevilla, quedando pocos días para el jueves 24 de noviembre, fecha marcada en el calendario para las votaciones.

Tras una ilusionante y agotadora campaña que me ha permitido conocer más a fondo la realidad de esta profesión, llego a esta etapa final con el convencimiento de que todos los que formamos parte de nuestra institución tenemos que seguir trabajando, y mucho, por y para nuestra querida abogacía, estando absolutamente convencido de que el gobierno del Colegio es la mejor plataforma para propiciar, desarrollar y ejecutar las medidas que nos ayuden a adaptarnos, transformarnos y evolucionar en un escenario de dudas e incertidumbres.  

Pero para ello la única forma de avanzar en esta compleja travesía es contar con la compañía y apoyo de todos los compañeras y compañeros, siendo indispensable la unificación de voluntades para seguir construyendo un Colegio fuerte, que sea el nítido reflejo de una sola voz producto de un debate, análisis y reflexión de los problemas que todos compartimos y que siempre recaen en esos lugares comunes.

Esto es así, ya que esta campaña me ha permitido dialogar con muchas compañeras y compañeros que piden, en suma, la dignificación del colectivo en todos sus ámbitos (en sus relaciones con los operadores jurídicos, entre compañeros, en el turno de oficio, en la necesidad de igualdad, diversidad y conciliación, etc.), deseo que se traduce en el compromiso de situar a la abogacía en el lugar que siempre le ha correspondido por mandato constitucional. Esto supone que la abogacía se sienta apreciada y respetada tanto en los escenarios de la Administración de Justicia y sociedad civil, como entre los propios colegas, preocupación ésta cuya respuesta conllevaría, sin duda alguna,  la solución de múltiples problemas que nos afectan en nuestro día a día y a los que me he referido anteriormente.

Sé que una completa dignificación de la profesión es un trabajo arduo, pero es una meta que merece la pena abordar, y en la que los pequeños logros que vayamos alcanzando nos darán nuevas fuerzas para conseguir un resultado que nos beneficiará en un futuro a corto y medio plazo, y que muchos abogados, especialmente los jóvenes, recién llegados y por llegar, podrán heredar.

Finalmente, nadie es una isla, por lo que para el éxito del Colegio todos los colegiados y colegiadas hemos de hacer piña y trabajar juntos; no importa la diferencia de criterios, pareceres y opiniones,  pues esto seguro que nos enriquecerá más que nos dividirá.

Quiero desear a todos los candidatos la mejor de las suertes y el ánimo para esta última semana en la que trataremos de recabar el mayor número de apoyos para nuestra candidatura. Un buen dato de participación será, por otra parte, una buena noticia para el Colegio, en la medida en la que así escucharemos la voz de un colectivo comprometido con ese futuro de esta profesión que veo alcanzable y posible.

Nos vemos el jueves, 24 de noviembre. Y no olvides que te necesitamos porque el Colegio eres tú.