La pasada semana vimos algunas técnicas que emplean los abogados ingleses a la hora de realizar el contrainterrogatorio y que son perfectamente aplicables en nuestra práctica profesional (https://oscarleon.es/tips-importados-contrainterrogatorio-testigos/). Hoy, tal y como anticipamos y fruto de mis conversaciones con un barrister de Sheffield, vamos a destacar algunas recomendaciones que deberían conocer quienes van a testificar en un proceso judicial, a fin de evitar que presenten una evidencia defectuosa o contraria a lo que realmente pretenden exponer.

Estos consejos los dividiremos en función del tipo de interrogatorio (hostil o amigable) para concluir con unas advertencias generales para todo tipo de interrogatorio.

Ante un interrogatorio hostil.

En ocasiones, el abogado interroga con un tono agresivo y retador. Generalmente, dicha actitud busca un propósito determinado como provocar una reacción del testigo cuestionando abiertamente la credibilidad del mismo al considerar que está mintiendo descaradamente. En otras ocasiones, más que un propósito, podemos encontrarnos con un déficit en la técnica del interrogatorio: el abogado actúa siguiendo las instrucciones de un cliente beligerante (lo cual es un verdadero error); carece de experiencia; está nervioso; se le han acabado los argumentos, etc.

En estos casos, estas son las recomendaciones que debemos dar a nuestros testigos para el supuesto de tener que enfrenarse a un interrogatorio que presumimos va a ser hostil:

Mirar al juez mientras se responde la pregunta: De esta forma, se rompe el contacto ocular con el abogado y con ello, el control que este pretende mantener sobre el testigo. Si se ha creado una tensión entre el abogado y el testigo, el que éste se dirija al juez hará que se sienta más tranquilo y calmado.

No morder el anzuelo: si el abogado pretende que el testigo se ponga nervioso, discuta, responda con preguntas, se enfurezca o se genere una discusión, el testigo debe y mantener la compostura en todo momento y actuar con toda la calma posible.

No hablar cuando es innecesario hacerlo: Si una vez respondida la pregunta, el abogado se queda mirando al testigo creando una pausa artificial, el testigo debe aguantar en silencio, y no caer en la tentación de seguir hablando, pues la respuesta ya está dada. En realidad, el problema lo tiene el abogado, pues vendrá obligado a no prolongar demasiado la pausa so pena de que el juez le llame la atención.

Tomarse el tiempo necesario: La tensión del interrogatorio va siempre asociada a un ritmo rápido. Sin embargo, que el abogado trate de establecer un ritmo rápido, no significa que el testigo tenga que seguir dicho ritmo. Por ello, en estos casos, que mejor que reducirlo. Para lograr dicho objetivo basta con pausar, pensar la respuesta, consultar algún documento, pedir que se repita la pregunta, etc.

Recordar siempre que se está testificando sobre unos hechos que no afectan realmente al testigo: La declaración del testigo no es una cuestión que tenga por qué ser vivida con suma intensidad, pues en realidad no tiene por qué afectarle como si afecta a la parte interesada. Es lógico que en algunas circunstancias el testigo pueda alinearse emocionalmente con una de las partes, pero ello no debe influirle negativamente en su exposición.

Ante un interrogatorio amigable.

En estos casos, la aproximación del abogado al testigo es amigable, lo que hace que éste, que espera a un abogado agresivo, baje la guardia y adquiera una falsa sensación de seguridad, sintiéndose cómodo al responder a un abogado que se muestra empático, lo que genera el riesgo de que se hagan más concesiones de las necesarias.

Veamos algunos consejos que podemos dar a nuestros testigos:

Mantenerse siempre alerta: El hecho de que el abogado actúe amablemente no significa que el contrainterrogatorio vaya a ser diferente. Es una cuestión de estrategia pura y simple. Por lo tanto, el testigo debe mantener siempre la guardia y no relajarse.

Evitar excederse en el testimonio: Ante alguien que actúa de forma amable y amigable, el testigo puede que, inconscientemente, desee ayudarle suministrando una información que quizás exceda de lo que se sabe y conoce, solo por complacer a quien interroga. Hay que evitar caer en dicha tentación y limitarse al objeto del testimonio.

Cuidado con manifestar nuestro acuerdo con todas las preguntas: Generalmente, durante el contrainterrogatorio amistoso el abogado comienza a realizar preguntas que suelen ser respondidas con un sí. Son preguntas sencillas, no controvertidas, que se responden fácilmente de forma afirmativa. Sin embargo, dichas preguntas se dirigen naturalmente a un objetivo específico que probablemente constituya un ataque a la versión del testigo. Por ello es fundamental que antes de decir “sí”, el testigo se asegure antes de dar la respuesta, y cuando tenga dudas, se lo piense y evite responder afirmativamente por automatismo.

Cuidado con las alabanzas: Si al comienzo del interrogatorio y a través de sus preguntas el abogado destaca las capacidades, virtudes y habilidades del testigo, no hay que bajar la guardia, porque ello no implica que el abogado vaya a desistir de su propósito durante el contrainterrogatorio.

Finalmente, para concluir, destacamos algunos consejos que invariablemente, sea cual sea el tipo de interrogatorio, deben seguir nuestros testigos:

  • Escuchar atentamente la pregunta.
  • Pedir aclaración o repetición si es necesario.
  • Tomarse el tiempo para responder.
  • Si no conoces la respuesta, no especular, responder sencillamente “no”.
  • Evitar intentar no responder la pregunta o tratar de evitarla.
  • Ser ordenado en la respuesta y no perderse.
  • Mantenerse calmado en todo momento.