La pasada semana tuve una experiencia formidable que me gustaría referiros. Un cliente al que hemos defendido en un asunto penal en el que estaba en juego su libertad, y que recientemente fue absuelto, me invitó a que me pasara por su caseta durante la Feria de Abril. Naturalmente, acepté su invitación y cuando llegue y lo encontré, me llevó del brazo a un grupo de amigos y familiares muy numeroso, y mandando callar a todo el mundo dijo:

Escuchar bien, quiero que sepáis que este es mi abogado, el abogado del que os he hablado.

Acto seguido, se creó un silencio espeluznante y con los ojos vidriosos me abrazó en presencia de todos que respondieron con un aplauso muy cariñoso. A continuación me fue presentando a su familia, a sus amigos y a todo el que se acercaba por su caseta. La verdad es que me sentía abrumado…

Tras pasar un rato extraordinario en el que solo hubo lugar para la alegría, me marché pensativo sobre lo ocurrido, reflexionando sobre estas personas llamadas clientes que tanto nos aportan a los abogados.

Fruto de dicha reflexión, hoy me gustaría homenajear a los mismos por todo lo que nos ayudan en la senda de nuestra vida personal y profesional, y que mejor que hacerlo respondiendo a la siguiente pregunta

¿Por qué son tan importantes los clientes para el abogado?

1º.- Porque los clientes nos enseñan lo que es la vida, especialmente su lado más sombrío, lo cual nos hace más humanos.

2º.- Porque muchas de las experiencias, emociones y circunstancias extraordinarias que marcarán nuestra vida llegarán de la mano de nuestros clientes.

3º.- Porque nos permiten disfrutar haciendo lo más extraordinario que podemos hacer los seres humanos: ayudar a nuestros semejantes.

4º.- Porque gracias al cliente podemos participar, como actores privilegiados, en crear una sociedad más igualitaria y justa.

5ª.- Porque los clientes nos ayudarán a conocer a todo un espectro de personas de nuestra sociedad, no importando su estatus, educación o capacidad financiera, lo cual sin duda nos enriquecerá.

6º.- Porque con ellos unas veces viviremos el sufrimiento y la desesperación, otra la alegría desbordante, y esto, sencillamente es sentir…y sentir es vivir

7º.- Porque sin la llegada de los clientes no podrían crecer nuestros despachos ni desarrollarnos profesionalmente como abogados.

8º.- Porque los clientes son quienes satisfacen nuestros honorarios y facilitan con ello nuestro crecimiento personal y profesional.

9º.- Porque los clientes son los mejores prescriptores de nuestros servicios y, por tanto, son fuente de nuevos clientes para el despacho.

10º.- Porque sin clientes no existiría nuestra profesión.

En definitiva, si evaluamos este conjunto de razones, podremos comprobar que los clientes son la razón de ser de la existencia de nuestra maravillosa profesión y de nuestro crecimiento y desarrollo como seres humanos, razones más que suficientes para no olvidarnos de que detrás del asunto, de su defensa y de todo el conjunto de normas y resoluciones judiciales que nos acompañan, se encuentran esos hombres y mujeres a las que llamamos clientes.