A pesar de que la abogacía es una de las profesiones más metódicas y analíticas que existen, lo cierto es que en el pasado, los abogados nos hemos caracterizado por trabajar a destajo, sin horarios, apagando fuegos y centrados en el día a día casi sin tiempo para planificar y organizarnos. Sin embargo, esta situación está cambiando en los últimos años y los abogados estamos realizando un gran esfuerzo por mejorar estos aspectos y con ello el desarrollo de nuestra vida personal y profesional.

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