La pasada semana la agrupación de abogados GUADALIURIS organizó en Sevilla un evento de confraternización entre sus despachos integrantes del que cabe destacar la magnífica conferencia impartida por el torero y coaching Eduardo Dávila Miura, intervención dirigida al crecimiento personal y profesional. Durante su brillante exposición, Eduardo narró una anécdota que vivió en su época de toreo en activo y que podría resumirse en la pregunta que le hizo el que fue su apoderado al conocerlo: ¿Toreas o eres torero?, a lo que Eduardo respondió identificando el torear con el ser torero. Sin embargo, el apoderado le refirió que una cosa era saber torear y otra muy distinta era ser torero, pues la técnica de torear podía aprenderse, pero para ser torero no bastaba esa habilidad, sino que era imprescindible pasión, entusiasmo, responsabilidad y compromiso…
Partiendo de esta píldora de sabiduría de aquel apoderado, hoy me gustaría apropiarme de esta idea y aplicarla a los abogados, pues estoy convencido de que una cosa es hacer juicios, asesorar jurídicamente y mediar en conflictos y otra muy distinta es ser abogado.
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2 comments
Gracias, Óscar po compartir esta experiencia con Eduardo Dávila Miura. A mi me gusta mucho su cita: «Miedo, responsabilidad, presión por unos objetivos, soledad, éxito, fracaso…por todo esto pasa un torero y cualquier otro profesional en su día a día. Todos pasamos por lo mismo».
Després de leer tu reflexión, puedo afirmar que soy abogada de vocación, y no me imagino otra profesión.
Relacionándolo con el toreo, cuando estoy en víperas de una vista, siempre digo a mi familua que «estoy en capilla».
Saludos y Felices Vacaciones
Me parece certera la recomendación, sobre leer las preguntas. Debemos tomar en cuenta que los juicios orales están diseñados para la oratoria, para que todo sea oral. Lo que tiene que hacer el Abogado Litigante es prepararse muy bien, en dominar los diferentes escenarios del caso para hacer las preguntas apropiadas, tanto en el interrogatorio como en el contra interrogatorio.
En cuanto a lo de Abogado o hacer juicios. Tiene razón, cuando no hay pasión en la profesión, o por decir trabajo que se hace, se debe dedicar a otros asuntos, dar clases, comerciante o la agricultura. Si el Abogado no siente la emoción de la futura victoria, obviamente no tiene pasión, y lo que le queda es declinar, sí tiene una pizca de dignidad…