Aprovecho para enviaros un cariñoso saludo y daros la bienvenida una vez concluidas las vacaciones estivales (aunque me consta que más de uno lleva trabajando desde hace días).  Para mí, vuelve a ser un verdadero placer estar con vosotros y aportar mi granito de arena, si es posible, para mejorar las habilidades de nuestra profesión y, de este modo, contribuir a que seamos mejores abogados.

Hoy trataremos un tema que considero muy interesante y práctico, y que puede ayudarnos a ser más eficaces en el juicio oral y que aborda una práctica profesional que puede  mejorarse sustancialmente: la forma de realizar las preguntas durante el interrogatorio.

No es nada extraño encontrar en una sala de vistas a más de un abogado realizando los  interrogatorios mediante la lectura sucesiva de preguntas escritas. Sin embargo, si bien  esta práctica es en cierto sentido lógica, pues ofrece aparentemente más seguridad al profesional, creemos que puede ser altamente nociva y desaconsejable para la realización de un interrogatorio eficaz, y muy especialmente para el contrainterrogatorio.

Ciertamente, el elaborar por escrito un listado de preguntas ordenadas constituye un elemento que ayuda al abogado a la mejor preparación y planificación del interrogatorio, pues indudablemente supone un análisis y reflexión profunda de los términos en los que debe realizarse la prueba. Sin embargo, estos beneficios desaparecen cuando pasamos a la fase de ejecución del contrainterrogatorio, y por mucha seguridad que pueda darnos el llevar nuestras preguntas escritas, lo cierto es que los inconvenientes que se derivan de tal práctica aconsejan el cambio de estrategia.

Veamos de forma sintetizada los inconvenientes de leer las preguntas durante el contrainterrogatorio:

1º.- Al estar concentrados en la lista de preguntas (concretamente de la próxima pregunta) dejamos de estar pendientes de la respuesta del testigo, lo que va a motivar no solo que descuidemos el hilo conductor del interrogatorio, sino que perdamos oportunidades para introducir aclaraciones o concretar aspectos confusos o poco concretos o incluso para enfatizar informaciones esenciales.

2º.- Se merma nuestra capacidad para intervenir con plena concentración ante cualquier imprevisto (denegación de una pregunta, planteamiento de una impugnación de preguntas, respuesta agresiva de un testigo,  etc.)

3º.- Igualmente, ante cualquier imprevisto el abogado tendrá dificultades para reposicionarse y continuar el interrogatorio en el orden y ritmo previsto.

4º.- Nuestra intervención pierde espontaneidad y frescura, lo que puede incidir en la atención que el juez esté prestando al interrogatorio.

5º.- El ritmo y la velocidad, que deben ser rápidos durante el interrogatorio, se verán afectados pues es muy difícil llevar el ritmo y a la vez estar pendientes de las preguntas. Además, inevitablemente se generarán entre pregunta y pregunta pausas y silencios nada recomendables durante el contrainterrogatorio.

6º.- Consecuencia de lo anterior, el testigo, que debe estar controlado por el abogado, se sitúa en una fase de comodidad en la que el pasa a mantener el control del contrainterrogatorio, sintiéndose más seguro.

Ante esta situación, considero que lo más apropiado para llevar a cabo el interrogatorio es, una vez estudiado el caso a conciencia, (lo cual es imprescindible) elaborar una ficha por cada testigo que nos facilite la práctica del contrainterrogatorio en función de las necesidades y exigencias del mismo. Esta ficha podría incluir los siguientes datos:

Objetivos: Nos referimos con ello al objetivo que se trata de obtener con el interrogatorio de este testigo.

Temas: Puntos esenciales y concretos de los hechos sobre los que girará el contrainterrogatorio.

Líneas del contrainterrogatorio: Hechos relevantes que pretendemos probar expresado a través de un específico y concreto mensaje fáctico que se pretende enviar al juez respecto de una prueba o de un tema en particular. Cada objetivo y tema están compuestos por una o varias líneas de contrainterrogatorio.

Preguntas: Serán las preguntas con las que gestionaremos las líneas de contrainterrogatorio que disponemos. Estas preguntas no deben de estar determinadas en formato pregunta, bastando el tema básico de cada pregunta a fin de ser transformado como pregunta durante el juicio y en función de las circunstancias concurrentes.

Evidencias: Pruebas de referencia que puedan servirnos para confrontar las respuestas del testigo y apoyar nuestras afirmaciones. Nos referimos con ello a cualquier prueba como declaraciones previas del acusado, la víctima, el propio testigo, pruebas documentales, etc. Estas evidencias son claves para un buen contrainterrogatorio pues afianzan la seguridad que se requiere para el éxito del mismo.

Veamos un ejemplo de FICHA DE PLANIFICACION DEL CONTRAINTERROGATORIO DEL TESTIGO.

Objetivo 1.- Desacreditar al testigo.

                Tema 1: La parcialidad del testigo.

                               Líneas de contrainterrogatorio:

                                               1ª.- El testigo por sus relaciones profesionales y de amistad pretende beneficiar al acusado.

                                               Preguntas: Su actividad, tiempo que lleva trabajando en el bar con el acusado, posible amistad, indagar sobre el aprecio que tiene al acusado, razones para ayudarlo en juicio, grado de confianza sobre el mismo, consecuencias de la condena para su empleo.

                                                               Evidencias: Declaración sumario, declaración interrogatorio directo y testifical de Juan y Rocío, testigos más creíbles.

Objetivo 2.- Desacreditar el testimonio.

                Tema 1: Las apreciaciones sexistas del testigo.

Líneas de contrainterrogatorio:

1ª.-  Su testimonio está basado en apreciaciones personales sexistas.

               Preguntas: indagar en lo que el testigo entiende por “ser una chica provocativa”, extraer sus perjuicios, comparar con otras chicas que van al bar vestidas igual, demostrar su falta de imparcialidad juzgando a la víctima de forma diferente a otras chicas.

                           Evidencias: Reglas de la experiencia, sentido común,

                Tema 2: La capacidad de percepción auditiva del testigo.

                               Líneas de contrainterrogatorio:

                                               1ª.- El testigo no pudo escuchar la conversación que mantuvieron en el bar el acusado y la victima.

                                                               Preguntas: situación en la que se encontraba el testigo y la que se encontraba el acusado y la víctima, distancia, gente en el local, ruidos, imposibilidad de escuchar una conversación, que estaba haciendo el testigo, dificultad de la tarea, no puede hacer dos cosas a la vez.

                                                                              Evidencias: Medición del local, cálculo de la gente que había en el bar a esa hora, conocer sus tareas, interrogatorio del acusado, interrogatorio directo del testigo y de Juan y Rocío. Falta de credibilidad. Falta de coherencia interna y experiencia común.

                                Tema 3: Falsedad en la declaración sobre lo que ocurrió cuando el acusado regreso al bar.

                                   Líneas de contrainterrogatorio

                                               1ª.- El testigo miente sobre la conducta del acusado cuando regreso al bar.

                                                               Preguntas: indagar en lo que ocurrió cuando regreso al bar el acusado, que explique el estado físico del acusado ¿nervioso, asustado?, posible subida a otras dependencias para cambiarse y hacer desaparecer rastros de semen.

                                                                              Evidencias: Contradicción con la declaración de Juan y Roció (que se realizará antes de la suya)  personas conocidas en la zona y de buena fe demostrada (testigos más creíbles)

 

Por lo tanto, a través de esta planificación, dispondremos de una información valiosísima para, durante el interrogatorio, ir efectuando las preguntas que correspondan a cada objetivo, tema y línea de interrogatorio, sabiendo además la cobertura probatoria de la que disponemos.

Esto no es improvisación, y todo lo más será improvisación preparada, pues he tenido ocasión de practicarlo (cambiando mi anterior proceder) y si bien al principio puede costar algo de trabajo, las preguntas vienen solas y, a demás, en un contexto en el que se consigue mantener el ritmo del interrogatorio.

Si no lo haces ya, ¿Por qué no lo pruebas?…