Generalmente, cuando los abogados nos reunimos con los testigos que hemos propuesto para explicarles el desarrollo del juicio, solemos centrarnos en los aspectos del interrogatorio que vamos a realizar, es decir, sobre el interrogatorio directo (este tema se trató profusamente en el post https://oscarleon.es/m-p-la-herramienta-del-abogado-la-preparacion-del-testigo/). Sin embargo, respecto del interrogatorio que realizará el abogado de la parte contraria (contrainterrogatorio), generalmente los limitamos a advertirle que éste tratará de dejar en evidencia su testimonio a través de preguntas dirigidas a cuestionarlo, y a la vez, a realzar su versión contraria de los hechos. Y ahí queda la cosa.
Este proceder, con ser necesario, es insuficiente, pues tan o más importante que el interrogatorio directo es el contrainterrogatorio, ya que si a través del primero se obtiene la versión de los hechos del testigo, mediante el segundo se evalúa la veracidad de los mismos e incluso se confronta con otra versión alternativa. Por ello, es fundamental que el abogado que propone a un testigo profundice en los aspectos de la intervención del mismo durante el contrainterrogatorio, y ello con el fin de contrarrestar los objetivos que el abogado contrario se haya propuesto.
Expuesto lo anterior, a continuación vamos a examinar aquellos aspectos que el abogado debe explicar al testigo para neutralizar o reducir los efectos negativos que pueda tener el contrainterrogatorio.
1º.- Explicarle en que consiste el contrainterrogatorio: Conocedor de los objetivos del interrogatorio directo, debemos igualmente explicar al testigo en que consiste el contrainterrogatorio del abogado adverso, y la mejor forma es indicarle que a través del mismo este podrá intentar desacreditarlo como testigo o desacreditar su testimonio, y para ello tratará de investigar el grado de sinceridad y veracidad de dicho testimonio, realizando un testeo del mismo buscando falsedades, inconsistencias, contradicciones, etc. Igualmente, será recomendable explicarle la forma en la que el contrario enfocará el contrainterrogatorio (preguntas, ritmo, orden, etc.). Tomando conciencia de esta idea, el testigo estará más concienciado y preparado.
2º.- Conocer el tipo de preguntas que le realizarán: Sabido es que durante el contrainterrogatorio el abogado adverso realizará mayoritariamente preguntas cerradas (que requieren una respuesta afirmativa o negativa), y ello con un doble objetivo: dirigir y controlar el curso del interrogatorio a su terreno y, por otro lado, evitar que el testigo ofrezca demasiadas explicaciones (vinculadas a lo ya declarado anteriormente). Por dicha razón, hemos de explicarle al testigo que, en la medida de lo posible, si ve opciones de desarrollar sus respuestas, que lo haga, pues lo que no desea el contrario es que el testigo de explicaciones o argumente sus respuestas. De esta forma, es muy posible que el abogado no mantenga el control del contrainterrogatorio.
3º.- Responder con calma y tomándose su tiempo: Durante el contrainterrogatorio, el abogado debe llevar el absoluto control del mismo, y ello sólo se consigue dándole un mayor ritmo (velocidad) a las preguntas. Por lo tanto, durante el contrainterrogatorio, el abogado que interroga pretenderá que este se desarrolle con un ritmo vertiginoso, por lo que es recomendable que el testigo se tome su tiempo al contestar, pida la repetición o aclaración de la pregunta si no lo tiene claro. Igualmente, la creación de pausas y silencios por el testigo es muy importante, pues romperá el ritmo del contrainterrogatorio.
4º.- Orden del interrogatorio: El interrogatorio directo se dirige a obtener un relato realista, completo y preciso, pues de lo que se trata es de obtener una narración que ofrezca al juez todos los detalles de los hechos conocidos por el testigo y que lo sitúe, como si de una película se tratase, en el escenario objeto de la narración. Para ello, la mayoría de los expertos recomiendan la secuenciación del mismo a través del orden cronológico, es decir, mediante una narración que siga un orden temporal de los hechos conocidos por el testigo. Por el contrario, durante el contrainterrogatorio, siendo el objetivo confrontar la verdad ya expuesta sobre la base de posibles errores, inconsistencias, falsedades o incluso cuestionarla a la vista de una versión alternativa, es recomendable el empleo de la secuenciación temática, es decir, aspectos concretos y definidos de los hechos, sin prestar atención a la cronología de los mismos.
En consecuencia, es fundamental que el testigo sepa que el abogado adverso agrupará una serie de preguntas que versen sobre un mismo tema, y los irá enlazando con otros temas a través de preguntas de transición en las que se irá avanzando capítulo a capítulo. De esta forma, no habrá sorpresas, pues lo natural es esperar un orden cronológico, y estando avisado, le será más fácil realizar su declaración.
5º.- Comportamiento: El enfrentamiento del abogado con el testigo durante el interrogatorio podría describirse como aquella situación en la que interrogador e interrogado se ensalzan en una lucha sin cuartel, vertida de una maraña de dimes y diretes superpuestos, preguntas interrumpiendo respuestas y respuestas interrumpiendo preguntas (Baytelman y Duce).
Dicha situación produce efectos muy perniciosos para quien se adentra en la misma, pues la pérdida de credibilidad, unida a la pérdida de atención, está asegurada, por lo que la mejor recomendación que podemos hacer al testigo es no caer en la tentación de polemizar con el abogado adverso durante el contrainterrogatorio. Si este se muestra sarcástico, provocador o agresivo, que no entre en pendencia, pues ya se ocupará el juez (de oficio o a instancia de su abogado) de corregir dicha situación. Ante todo, cortesía y buenas formas.
En definitiva, realizar este esfuerzo en estos aspectos durante la reunión con el testigo (perito o parte), supondrá un verdadero plus de preparación del caso, que no hemos de olvidar, encuentra su fundamento en pura estrategia.