Revés, infortunio, mala suerte, desgracia son algunos de los nombres con los que identificamos a la muy denostada adversidad, situación que puede definirse como un acontecimiento que afecta directa o indirectamente a nuestros intereses personales y que percibimos como un daño o un perjuicio. También, puede considerarse como la propia percepción negativa que tenemos sobre dicho acontecimiento.

Sobre la adversidad se ha escrito mucho, pero nadie ha podido encontrar la causa o razón de la misma salvo que, entrando en el campo de la psicología, viajemos al interior de la mente de cada individuo. Y ello es así, dado que la adversidad no es más que la forma en que cada individuo valora, conforme a sus condicionantes mentales, un hecho exterior, lo que significa que ante un acontecimiento relevante solo la mente humana establece la diferencia.

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