La semana pasada, durante un curso sobre la preparación de la audiencia previa y el juicio oral, un compañero novel sacó a colación una situación que había vivido recientemente en un juicio en el que alcanzó una transacción con la otra parte debido, según sus palabras, a la insistencia del juez, pues éste, apelando a lo que podía inferirse del procedimiento, le aconsejó a las claras que alcanzara el acuerdo.
El compañero, a pesar de conciliar, incluso con el consentimiento de su cliente allí presente, cuando revisó a posteriori su actuación, concluyó, con plena insatisfacción, que debió haber continuado y entrado en juicio.De hecho, días después el cliente se presentó en el despacho transmitiéndole su insatisfacción con el acuerdo y, lógicamente, con la actuación de su más que probable «ex letrado»
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2 comments
Estimado Oscar, excelente articulo.
Pero ocurre más de lo creemos en el sentido de que el juez va más allá de lo que la ley le permite.
Qué puedes hacer cuando, en el ámbito penal, entras en sala y el juez te dice que lo mejor es llegar a un acuerdo ya que tu cliente va a ser condenado, sí o sí, y puede ingresar en prisión debido a las penalidad que se pide por parte del Ministerio Fiscal y la acusación particular.
No te queda otra que aceptar y evitar la entrada en prisión. Tienes razón que en algunas ocasiones puedes llevar el ascua a tus pretensiones, pero si no ocurre, qué le dices a tu cliente cuando le tienes que decir que tiene que ingresan en prisión.
Como dice el refranero de nuestra querida profesión: más vale un mal acuerdo que un buen juicio, tengas juicios y los ganes.
Un saludo.
Efectivamente, tienes toda la razón. El post está enfocado más bien al juicio civil y al laboral, pero en el penal, ciertamente el riesgo es muchísimo más elevado y las probabilidades de éxito sabemos que, de entrada, están muy reducidas. Es más, parece que las admoniciones de los jueces en los juicios penales se ven como algo absolutamente normal a los letrados. Desde luego, salvo que tenga muy clara la línea de defensa y las probabilidades de éxito, y siempre que el cliente asuma el riesgo, seguiré con el juicio. De lo contrario, al acuerdo siguiendo el vetusto consejo que tan acertadamente citas.
Un saludo y gracias por aportar.