La llegada de los juicios telemáticos, lejos de reducir el interés por la oratoria, considero que se va a ver realzada, puesto que a más reducido el espacio en el que se desarrolle la comunicación, más necesario será extraer el máximo partido de la misma a través de las herramientas que aquella nos brinda especialmente en las fases de elocución y acción.
En tal sentido, durante la celebración de un juicio telemático, los sujetos que participan en el mismo quedarán encuadrados mirando a través de los respectivos visores (o de alguna zona de la pantalla), encuadramiento que se materializará en un primer o medio plano, lo que supone que nuestro rostro va a ser observado en su integridad por los restantes sujetos (y viceversa) durante la sesión.
Partiendo de esta realidad, y con el fin de favorecer nuestro proceso de comunicación eliminando gestos que pueden ser contraproducentes, vamos a dedicar este post a examinar la práctica, muy habitual, de acercar la mano a la boca en sus distintas modalidades y la percepción que dicho gesto provoca en quienes nos observan, temática de gran interés dada la importancia del lenguaje no verbal a la hora de comunicar en juicio.[1]
No obstante, hemos de realizar un par de advertencias.
La primera es que las personas procesan información de forma inconsciente, tomando decisiones muy rápidas sobre la gente en base a lo que transmite con su lenguaje no verbal, es decir, interpretamos y reaccionamos inconscientemente ante las posturas, gestos manuales, tono de voz y a la cara y movimientos de los ojos durante cualquier interacción.
No obstante, ello no implica que esta percepción inconsciente de los gestos coincidan con la realidad, pues en estos intervienen múltiples factores que pueden ser obviados en el proceso de interpretación (relativos al contexto, y muy especialmente a lo que está viviendo interiormente la persona), y que nos pueden llevar a una conclusión errónea.
Por ello, las interpretaciones que a continuación se exponen, se asocian a patrones conductuales cuyo significado es generalmente aceptado por los especialistas en comunicación, pero siempre excluyendo la certeza absoluta.
Y qué mejor que empezar exponiendo la importancia del rostro y de las manos durante el proceso de comunicación.
La expresión facial es la resultante de los movimientos del rostro, cuyos componentes principales son los ojos, las cejas y frente, boca y nariz. A través del rostro vamos a disponer de una información importantísima sobre lo que otras personas piensan y sienten, y por lo tanto, muy especialmente respecto de su estado anímico. Por otro lado, los ademanes o movimientos que realizamos con las manos tienen como principal función complementar nuestra conversación, ilustrando y subrayando lo que estamos diciendo. No obstante, las manos pueden emplearse igualmente para realizar gestos involuntarios que suelen ser una reacción a una sensación de incomodidad o nerviosismo (adaptadores).
Pues bien, siguiendo al especialista en comunicación Fran Carrillo[2], encontramos cuatro gestos claves:
1º.- Mientras escuchamos, acercamos la mano a la boca. Este gesto puede interpretarse como actitud de rechazo a lo que el otro está exponiendo. Es una actitud claramente defensiva que suele llevarse a cabo de forma inconsciente.
2º.- Mientras hablamos, tendemos a tocarnos la boca reiteradamente u ocultamos el rostro con la manos (aunque sea parcialmente), gesto que transmite inseguridad para enfrentarse al auditorio, percibiéndose que no se es creíble o que se está improvisando.
3º.- Si nos llevamos uno o varios dedos a la boca estaremos transmitiendo que somos introvertidos o extrovertidos respectivamente. El hecho de llevar varios dedos a la boca transmite igualmente que la persona extrovertida es igualmente reservada, y que trata de proteger sus emociones a la espera del momento adecuado para intervenir.
4º.- Si nos llevamos la mano derecha a los labios o al mentón se puede entender como un gesto de reflexión o análisis. Si la aproximación es con la izquierda, transmitirás frustración, cansancio e impotencia. Igualmente, la proporción de boca que se cubre tiene sus significados: si la mano cubre la mano entera muestras sorpresa; si dejas una parte a la vista, análisis e introspección.
Finalmente, sabedores de que en más de una ocasión empleamos dichos gestos y ahora hemos descubierto lo perjudicial de algunos de ellos, no podemos olvidar que el autoconocimiento nos va a permitir decidir conscientemente el uso de los gestos en función de lo que queramos transmitir, usando aquellas que más se ajusten a nuestros objetivos y evitando aquellas inconvenientes.
Al principio, dicho trabajo puede resultar complejo, pues durante la comunicación hemos de estar muy concentrados y la lucha contra el gesto inoportuno puede perjudicar nuestra fluidez. No obstante, el ser consciente de su significado y la práctica nos ayudarán a eliminarlo rápidamente.
Finalmente, concluyo con una buena noticia, que no es otra que sabedores del significado de estos gestos, podremos igualmente interpretar el comportamiento gestual (manos y rostro) del resto de sujetos que intervienen en los juicios telemáticos, y con total seguridad, mejor que en los juicios presenciales.
[1] Como indicábamos en nuestro anterior post https://oscarleon.es/principio-inmediacion-lenguaje-no-verbal-juicios-telematicos/ : …, la inmediación y el lenguaje no verbal se encuentran estrechamente unidos, ya que la percepción directa del juez no se limita a la expresión oral, es decir, a lo que se dice o se escucha, sino igualmente a lo que se manifiesta mediante el empleo del lenguaje no verbal (paralingüística, cinesia, prosémica, etc.) y de la actitud y comportamiento que acompañe a su declaración. Por lo tanto, dicha vinculación radica (conforme expresa Amoni Reverón) “que, al igual que otras especies, los seres humanos estamos sujetos a reglas biológicas que dominan nuestras acciones, reacciones, lenguaje corporal y gestos, los cuales son el resultado de un reflejo emocional de la persona. Por esta razón es importante que el juez o el perito puedan observar las manifestaciones corporales para poder descubrir con mayor certeza las emociones de quienes se expresan ante él, de forma personal o virtual; en consecuencia, al ser posible ver tales elementos del lenguaje del cuerpo se tendrá mayor precisión en los resultados de la valoración del declarante, pues al haber un conflicto entre lo que se dice y cómo se dice, se valorará en mayor grado la información que transmite el cuerpo en lugar de la que se transmite por el habla.”
[2] Tus gestos te delatan. Carrillo, F. Espasa (3ª Edición 2019).